Expresionismo
Antecedentes históricos
Aunque se conoce principalmente
por expresionismo al movimiento artístico desarrollado en Alemania a principios
del siglo XX, muchos historiadores y críticos de arte también emplean este
término de forma más genérica, entendiéndolo como la deformación de la realidad
para buscar una expresión más emocional y subjetiva de la naturaleza y del ser
humano. De esta forma, el expresionismo es aplicable a diferentes autores a
través de la geografía y la historia: El Bosco, Matthias Grünewald, Pieter
Brueghel el Viejo, El Greco, Francisco de Goya, etc.
Sin embargo, en lo que al
movimiento cultural surgido en Alemania a inicios del siglo XX se refiere,
podemos considerar como caldo de cultivo para el nacimiento de esta visión estética
a los siguientes elementos:
Durante la transición del siglo
XIX al XX ocurrieron numerosos cambios políticos, sociales y culturales, entre
ellos el auge político y económico de la burguesía, que pasaba por un momento
de gran esplendor. Sin embargo, la agitación social y ciertos intentos
revolucionarios obligaron a las clases políticas a hacer una serie de
concesiones, como las reformas laborales, los seguros sociales y la enseñanza
básica obligatoria, lo cual derivaría en un descenso del analfabetismo y un
aumento de publicaciones impresas e interés en exposiciones y museos, surgiendo
la “cultura de masas”.
Por otro lado, la aparición de la
fotografía y el cine llevaba a replantearse el rol del arte como mero imitador
de la realidad, y las nuevas teorías científicas llevaron a los artistas a
cuestionarse la objetividad del mundo que percibimos: la teoría de la
relatividad de Einstein, el psicoanálisis de Freud y la subjetividad del tiempo
de Bergson.
Las raíces del expresionismo se
encuentran en estilos como el simbolismo y el posimpresionismo, especialmente de la obra de tres artistas:
Paul Cézanne, que comenzó un proceso de desfragmentación de la realidad en
formas geométricas que desembocó en el cubismo, colocando el color por capas,
sin necesidad de líneas, trabajando con manchas, utilizando la superposición de
tonos cálidos y fríos para dar sensación de profundidad. En segundo lugar Paul
Gauguin, que aportó una nueva concepción entre el plano pictórico y la
profundidad del cuadro, a través de colores planos y arbitrarios, con escenas
situadas entre la realidad y un mundo onírico y mágico. Su obra remitía a un
cierto primitivismo con influencia del arte oceánico, reflejando el mundo
interior del artista en vez de imitar la realidad. Por último, Vincent Van Gogh
elaboraba su obra según criterios de exaltación anímica, caracterizándose por
la falta de perspectiva, la inestabilidad de los objetos y colores, que rozan
la arbitrariedad, sin imitar la realidad, sino que provienen del interior del
artista. Su estado de ánimo, depresivo y torturado, se refleja en obras de
pinceladas sinuosas y colores violentos.
También se destaca la influencia
de dos artistas que los expresionistas consideraron como precedentes
inmediatos: el noruego Edvard Munch, influido en sus inicios por el
impresionismo y el simbolismo, pronto derivó hacia un estilo personal que sería
fiel reflejo de su interior obsesivo y torturado, con escenas de ambiente
opresivo y enigmático, caracterizadas por la sinuosidad de la composición y un colorido
fuerte y arbitrario. Su obra El grito (1893), paradigma de la soledad y la
incomunicación, fue uno de los
principales referentes del expresionismo. Otro artista influyente fue el belga
James Ensor, que recogió la gran tradición artística de su país con preferencia
por temas populares, traduciéndolo en escenas enigmáticas, irreverentes y de
carácter absurdo, centrado en figuras de vagabundos, borrachos, esqueletos,
máscaras y escenas de carnaval. Así, La entrada de Cristo en Bruselas (1888)
representa la Pasión de Jesús en medio de un desfile de carnaval, obra que
causó un gran escándalo en su momento.
También tienen puntos de contacto
con el neoimpresionismo y el fauvismo por su experimentación con el color.
Además recibieron influencias del arte medieval, el cual ponía más énfasis en
la expresión que en las formas, con los personajes más simbolizados que
representados. Otro de los referentes del arte expresionista fue el arte
primitivo, especialmente el de África y Oceanía, difundido desde finales del
siglo XIX por los museos etnográficos.
El expresionismo surgió como
reacción al impresionismo: los impresionistas plasmaban en el lienzo una
“impresión”, un simple reflejo de los sentidos, los expresionistas pretendían
reflejar su mundo interior, una “expresión” de sus propios sentimientos.
También rechazaban al positivismo y a la idea de progreso infinito basado en la
ciencia y la técnica; en cambio, en su obra se vislumbra el clima de pesimismo,
de escepticismo, de descontento, de crítica, de pérdida de valores previo a la
Primera Guerra Mundial (1914-1918) y que continuó durante el período entre
guerras (1918-1939).
Historia
El expresionismo fue un
movimiento cultural surgido en Alemania a principios del siglo XX, que tuvo
plasmación en un gran número de campos: iniciando en la artes plásticas,
continuó en literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, arquitectura,
etc. Su interés en reflejar el mundo interior del artista implicó una fuerte
ruptura con el arte elaborado por la generación precedente, convirtiéndose
junto con el "fauvismo" (también llamado "expresionismo
francés") en los primeros exponentes de las llamadas “vanguardias
históricas”.
El término “expresionismo” ya
venía siendo utilizado por la intelectualidad desde finales del siglo XIX, pero
fue principalmente difundido por el escritor Herwarth Walden, editor de la
revista Der Sturm (La tormenta), principal centro difusor del expresionismo
alemán.
En sus inicios, el expresionismo
fue más una propuesta ideológica que un programa artístico colectivo, si bien
se aprecia un sello estilístico común a todos sus miembros, contrarios al
academicismo. Fue un movimiento heterogéneo manifestado en diversos lenguajes y
medios artísticos, con numerosas diferencias e incluso contradicciones en su seno
y gran divergencia estilística y temática entre los propios artistas que los
integraban.
El primer grupo organizado que
profesaba este estilo fue Die Brücke (El puente), fundado en 1905 en
Dresde (Alemania), por Ernst Ludwig Kirchner, Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl
Schmidt-Rottluff. El nombre reflejaba la idea de un puente a través del cual
sentar las bases de un arte de futuro. En años posteriores se unieron al grupo
Emil Nolde, Max Pechstein, Cuno Amiet, Lambertus Zijl, entre otros. Buscaban
conectar con el público en general, haciéndole partícipe de las actividades del
grupo, creando la figura del “miembro pasivo”. En 1906 publicaron un
manifiesto, Programm, donde Kirchner expresó su voluntad de convocar a
la juventud para un proyecto de arte social que transformase el futuro, siendo
el grupo un polo de reunión de todas las voluntades revolucionarias de la
época; actitud que les valió la crítica encendida de los sectores más
reaccionarios, que los percibieron como un peligro para la juventud.
A nivel artístico, partiendo
desde el posimpresionismo, rechazaban la imitación y destacaban la autonomía
del color, declarando al artista libre de presiones para expresar sus
sentimientos más viscerales. Sus obras eran de composición simple y con intenso
contraste de colores. Los contenidos temáticos eran angustiosos, marginales,
desagradables y destacaban los elementos sexuales, pintando desnudos, escenas
circenses o cotidianas de forma espontánea e instintiva.
Uno de sus principales medios de
expresión fue la xilografía, técnica que les permitía plasmar su concepción del
arte de una manera directa, dejando un aspecto inacabado, bruto, salvaje,
cercano al primitivismo que tanto admiraban, con superficies irregulares sin
disimular aprovechadas de forma expresiva.
En 1911 la mayoría de artistas
del grupo se instalaron en Berlín y continuan sus carreras en solitario,
recibiendo la influencia de otras corrientes, hasta que en 1913 de produce su
disolución formal.
El segundo grupo expresionista
fue Der Blaue Reiter (El Jinete Azul) creado en Múnich en 1911 por Vasili
Kandinski, Franz Marc, August Macke, Paul Klee, Gabriele Münter, Alfred Kubin,
Alexej von Jawlensky, Lyonel Feininger, Heinrich Campendonk y Marianne von
Werefkin, quienes más que un sello estilístico común compartían una determinada
visión del arte, en la que imperaba la libertad creadora del artista y la
expresión personal y subjetiva de sus obras. Los miembros del grupo mostraron
su interés por el misticismo, el simbolismo y las formas del arte que consideraban
más genuinas: el primitivo, el popular, el infantil y el de enfermos mentales,
además de la música, a la que asimilaban al color, lo que facilitó la
transición de un arte figurativo a uno más abstracto. Se destacaron por el uso
de la acuarela.
Sus ensayos teóricos mostraron su
predilección por la forma abstracta, en la que veían un gran contenido
simbólico y psicológico, teoría que amplió Kandinski en De lo espiritual en
el arte (1912), donde busca una síntesis entre la inteligencia y la
emotividad. Kandinski expresa un concepto místico del arte: el arte es
expresión del espíritu, un lenguaje universal accesible a cualquier ser humano.
Más tarde, en La Pintura como arte puro (1913), sostiene que la pintura
es un mundo en sí mismo, una nueva forma
del ser, que actúa sobre el espectador a través de la vista y que provoca en él
profundas experiencias espirituales.
Uno de los mayores hitos del
grupo fue la publicación del Almanaque (1912), con motivo de la
exposición organizada en Colonia por el Sonderbund. Junto a numerosas
ilustraciones, recogía diversos textos de los miembros del grupo, dedicados al
arte moderno y con numerosas referencias al arte primitivo y exótico. Der
Blaue Reiter tuvo su final con la Primera Guerra Mundial, en la que
murieron Marc y Macke, mientras que Kandinski tuvo que volver a Rusia.
Tras la Primera Guerra Mundial
surge el grupo Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad), el cual nace como
un movimiento de reacción frente al expresionismo, retornando a la figuración
realista y a la plasmación objetiva de la realidad circundante con un marcado
componente social. Encarnaron este grupo Otto Dix, George Grosz, Max Beckmann,
Conrad Felixmüller, Christian Schad, Rudolf Schlichter, Ludwig Meidner, Karl
Hofer y John Heartfield.
Frente al individualismo de Die
Brücke o el espiritualismo de Der Blaue Reiter y haciendo eco del
ambiente de pesimismo de posguerra, Neue Sachlichkeit propició el cambio
del expresionismo más espiritual y subjetivo por un arte más comprometido, más
realista, objetivo, directo y útil para el desarrollo de la sociedad,
revolucionario en su temática aunque no en la forma, rechazando toda actividad
que no atendiese a los problemas de la acuciante realidad de la posguerra. Sin
embargo, no renunciaron a los logros técnicos y estéticos del arte de
vanguardia, como el colorido fauvista y expresionista o la aplicación del
fotomontaje a la pintura. La recuperación de la figuración fue una consecuencia
común al final de la guerra: además de la Nueva Objetividad, surgió en
Francia el purismo y en Italia la pintura metafísica, pero en la Nueva
Objetividad este realismo es más comprometido, con obras de denuncia social
que pretenden desenmascarar la sociedad burguesa de su tiempo, denunciar al
estamento político y militar que los ha llevado al desastre de la guerra. Si
bien se opuso al expresionismo por ser un estilo espiritual e individualista,
mantuvo en cambio su esencia formal, ya que su carácter grotesco de deformación
de la realidad fue trasladado a la temática social.
Después de la Primera Guerra
Mundial el expresionismo pasó en Alemania de la pintura al cine y el teatro,
que utilizaban el estilo expresionista en sus decorados, en la iluminación
altamente contrastada y en la elaboración de situaciones y personajes monstruosos,
fantásticos y sombríos.
Con el advenimiento del nazismo,
el expresionismo fue considerado como “arte degenerado” (Entartete Kunst),
relacionándolo con el comunismo y tachándolo de inmoral y subversivo, al tiempo
que consideraron que su fealdad e inferioridad artística eran un signo de la
decadencia del arte moderno. En 1937 se organizó una exposición con el título
precisamente de Arte degenerado, con el objetivo de denostarlo y mostrar al
público la baja calidad del arte producido en la República de Weimar. Para tal
fin fueron confiscadas unas 16.500 obras de diversos museos, no sólo de
artistas alemanes, sino de extranjeros como Gauguin, Van Gogh, Munch, Matisse,
Picasso, Braque, Chagall, etc. La mayoría de esas obras fueron vendidas
posteriormente sobre todo en una gran subasta celebrada en Lucerna en 1939,
aunque unas 5.000 de esas obras fueron directamente destruidas en marzo de
1939, suponiendo un notable perjuicio para el arte alemán.
Simultáneamente, un grupo
heterodoxo de artistas que trabajaron en París en el período de entreguerras
(1905-1940), vinculados a diversos estilos artísticos como el
postimpresionismo, el expresionismo, el cubismo y el surrealismo, nucleados
bajo el término genérico Escuela de París, un colectivo de gran
diversidad estilística, vinculados en mayor o menor medida al expresionismo
aunque interpretado de forma personal y heterodoxa: Amedeo Modigliani, Chaïm
Soutine, Jules Pascin y Maurice Utrillo, conocidos como “les maudits” (los
malditos), por su arte bohemio y torturado, reflejo de un ambiente noctámbulo,
miserable y desesperado. En cambio, Marc Chagall representa un expresionismo
más vitalista, dinámico y colorista, sintetizando su iconografía rusa natal con
el colorido fauvista y el espacio cubista.
Tras la Segunda Guerra Mundial el
expresionismo desapareció como estilo, si bien ejerció una poderosa influencia
en muchas corrientes artísticas de la segunda mitad de siglo, como el
expresionismo abstracto norteamericano (Jackson Pollock, Mark Rothko, Willem de
Kooning), y artistas individuales como Francis Bacon.
Síntesis conceptual
Más que un estilo con
características propias comunes, fue un movimiento heterogéneo con una actitud
y una forma de entender el arte que aglutinó a diversos artistas de tendencias
muy diversas. Surgido como reacción al impresionismo, frente al naturalismo y
el carácter positivista de este movimiento de finales del siglo XIX, los
expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la
visión interior del artista –la “expresión”– frente a la plasmación de la
realidad –la “impresión”–.
El expresionismo suele ser
entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más
subjetiva la naturaleza y el ser humano, dando primacía a la expresión de los
sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad. Entendido de
esta forma, el expresionismo es extrapolable a cualquier época y espacio
geográfico.
Con utilización de colores
violentos y su temática de soledad y de miseria, el expresionismo reflejó la
amargura de la Alemania y sus conflictos bélicos, defendiendo la libertad
individual, la expresión subjetiva y los temas prohibidos, como lo morboso,
demoníaco, sexual, fantástico o pervertido.
Intentó reflejar una visión
subjetiva, una deformación emocional de la realidad, a través del carácter
expresivo de los medios plásticos, que cobraron una significación metafísica,
abriendo los sentidos al mundo interior.
Fiel reflejo de las
circunstancias históricas en que se desarrolló, el expresionismo reveló el lado
pesimista de la vida, la angustia existencial del individuo, que en la sociedad
moderna, industrializada, se ve alienado, aislado. Así, mediante la distorsión
de la realidad pretendían impactar al espectador, llegar a su lado más emotivo
e interior.
Autores destacados y obras
Ernst Ludwig Kirchner
(Alemania, 1880 - Suiza, 1938),
pintor expresionista. En 1905 fundó con otros estudiantes el grupo Die
Brücke (El puente) que pretendía un estilo plano de colores puros inspirado
en el arte primitivo y el posimpresionismo.
Los rasgos más distintivos de
este grupo son el color antinatural, subjetivo y chillón, en colores cálidos;
las formas más bien planas, con poco interés por los volúmenes y la
perspectiva, que se violenta en escorzos imposibles, y contornos trazados con
líneas gruesas. Los temas son generalmente escabrosos en sintonía con la forma
de mostrarlos: prostitución, locales nocturnos de dudosa reputación, calles
angostas con personajes trajeados.
Se interesó mucho por el grabado
sobre madera. Kirchner cultiva formas angulosas que pueden estar inspiradas en
la descomposición cubista o en el diseño normal de los grabados xilográficos.
En 1911 se mudó a Berlín, donde
supo reflejar la agitación y el movimiento de una gran ciudad moderna. En 1914
con el estallido de la Primera Guerra Mundial, fue movilizado, pero sufre una
grave crisis nerviosa. A su vuelta de la guerra en 1915 su salud mental se
resintió. Optó por la tranquilidad de Davos (Suiza), donde siguió pintando, en
su mayor parte, paisajes más tranquilos, menos estimados por la crítica actual.
En 1937, en plena ascensión del
nazismo, su arte se calificó de arte degenerado y se destruyeron muchos de sus
trabajos. Su precaria situación emocional empeoró a raíz de ello y se suicidó
en 1938.
Emile Nolde
(Alemania, 1867 - 1956) fue uno
de los más destacados pintores expresionistas alemanes. Estuvo muy influido por
Vincent van Gogh, Edvard Munch y James Ensor y vinculado a Die Brücke
durante 1906 -1907, aunque principalmente trabajó en solitario, denotándose en
su obra una inquietud interior, una tensión vital, una crispación que se
refleja en el pulso interno de la obra. Comenzó entonces los temas religiosos,
centrándose en la Pasión de Cristo, con influencia de Grünewald, Brueghel y El
Bosco, con rostros desfigurados, un profundo sentimiento de angustia y una gran
exaltación del color
Su crispado manejo del pincel, la
utilización de colores vivos y estridentes y las figuras de rostros a modo de
máscaras pretendían provocar en el espectador un shock visual y emocional.
El viaje que realizó a Nueva
Guinea entre 1913 y 1914 hizo que cristalizara en él un gusto por el arte
tribal, que incluía tremendas distorsiones de las formas, modelos planos y
violentos contrastes de color.
En 1941 los nazis le declararon
artista degenerado y le prohibieron pintar. Sin embargo, algún tiempo después
produjo un importante número de acuarelas y grabados expresionistas.
Wassily Vasílievich Kandinsky
(Rusia, 1866 – Francia, 1944) fue
precursor de la abstracción en pintura y teórico del arte, con él se considera
que comienza la abstracción lírica. De vocación tardía, estudió derecho,
economía y política antes de pasarse a la pintura en 1895. Establecido en
Múnich, en 1901 fundó el grupo Phalanx y abrió su propia escuela. Durante
1906-1909 tuvo un periodo fauvista, para pasar posteriormente a un
expresionismo vinculado con la música y el misticismo. Desde 1908 su obra fue
perdiendo el aspecto temático y figurativo para ganar en expresividad y
colorido, iniciando progresivamente el camino hacia la abstracción, y desde
1910 creó cuadros en donde la importancia de la obra residía en la forma y el
color, creando planos pictóricos por confrontación de colores. El propio
Kandinski distinguía su obra entre “impresiones”, reflejo directo de la
naturaleza exterior (que sería su obra hasta 1910); “improvisaciones”,
expresión de signo interno, de carácter espontáneo y de naturaleza espiritual
(abstracción expresionista, 1910-1921); y “composiciones”, expresión igualmente
interna pero elaborada y formada lentamente (abstracción constructiva, desde
1921).
En 1911 funda junto a otros
pintores el grupo expresionista Der Blaue Reiter. Además, fue un
importante teórico de la estética y autor de varios libros. En 1922 se traslada
a Weimar (Alemania), donde imparte clases teóricas para la Escuela de la
Bauhaus, hasta que en 1933 el Tercer Reich clausura la institución. Desde
entonces se establece en Francia donde continuará su carrera como artista hasta
su fallecimiento en 1944, a los 78 años de edad.
Paul Klee
(Suiza, 1879-1940) de formación
musical, en 1898 se pasó a la pintura, denotando como Kandinski un sentido
pictórico de evanescencia musical, tendiente a la abstracción, y con un aire
onírico que le llevaría al surrealismo. También fue profesor de la Bauhaus
hasta el auge del nazismo, que lo acusó de ser un "artista
degenerado". Si bien no fue miembro oficial, mantuvo relaciones estrechas
y exponia junto al grupo Der Blaue Reiter. Se interesó por el color y
sus posibilidades compositivas, al que consideraba el elemento dinamizador del
cuadro. Klee recreó en su obra un mundo fantástico e irónico, cercano al de los
niños o los locos, que le acercará al universo de los surrealistas.
George Grosz
(Alemania, 1893-1959) Fue formado
en el academicismo clásico, pero un viaje a París lo pone en contacto con las
vanguardias de la época. Fue uno de los principales exponentes de la Nueva
Objetividad. Entre 1914 y 1916 estuvo en la guerra, de la que es licenciado
por motivos psicológicos. Mostró desde joven en su obra un intenso disgusto por
la vida, que se convirtió tras la guerra en indignación. En su obra analizó
fría y metódicamente la sociedad de su tiempo, desmitificando a las clases
dirigentes para mostrar su lado más cruel y despótico. Cargó especialmente
contra el ejército, la burguesía y el clero, en escenas donde predomina la
violencia y el sexo. Sus personajes suelen ser mutilados de guerra, asesinos,
suicidas, burgueses ricos y rechonchos, prostitutas, vagabundos, etc., en
figuras escuetas, silueteadas en pocos trazos, como muñecos. Sus dibujos,
muchos de los cuales están realizados con tinta o acuarela han contribuido
notablemente a la imagen que muchas personas tienen de la Alemania de los años
1920.
En 1932, cuando en Alemania el
nazismo está en auge, la obra de Grosz pasa a ser interpretada un modelo del
arte degenerado, y Grosz recibe el inquietante título de "bolchevique
cultural número uno". En 1933, con el acceso al poder de Adolf
Hitler,Grosz decide emigrar a los Estados Unidos. Trabaja entonces como
profesor en Nueva York y en 1938 obtiene la nacionalidad estadounidense. En 1958
regresó a vivir en Alemania, donde fallece en 1959.
El grupo de Viena
En Austria, los expresionistas
recibieron la influencia del modernismo alemán y austríaco, así como de los
simbolistas Gustav Klimt y Ferdinand Hodler. El expresionismo austríaco destacó
por la tensión de la composición gráfica, deformando la realidad de forma
subjetiva, con una temática principalmente erótica –representada por Schiele– o
psicológica –representada por Kokoschka–.
En contraposición al
impresionismo y el arte académico preponderante en la Austria del cambio de
siglo, los jóvenes artistas austríacos siguieron la estela de Klimt en busca de
una mayor expresividad, reflejando en sus obras una temática existencial de
gran trasfondo filosófico y psicológico, centrado en la vida y la muerte, la
enfermedad y el dolor, el sexo y el amor.
Egon Schiele
(Austria, 1890-1918) fue
discípulo de Klimt y su obra giró en torno a una temática basada en la
sexualidad, la soledad y la incomunicación, con cierto aire de voyeurismo, con
obras muy explícitas por las que incluso estuvo preso, acusado de pornografía.
Dedicado principalmente al dibujo, otorgó un papel esencial a la línea, con la
que basó sus composiciones, con figuras estilizadas inmersas en un espacio
opresivo, tenso. Recreó una tipología humana con un canon alargado, alejado del
naturalismo, con colores vivos, exaltados, destacando el carácter lineal, el
contorno.
Oskar Kokoschka
(Austria 1886 – Suiza 1980)
recibió la influencia de Van Gogh y del pasado clásico, principalmente el
barroco (Rembrandt) y la escuela veneciana (Tintoretto, Veronese). También
estuvo ligado a la figura de Klimt. Sin embargo, creó su propio estilo personal,
visionario y atormentado, en composiciones donde el espacio cobra gran
protagonismo, un espacio denso, sinuoso, donde se ven sumergidas las figuras,
que flotan en él inmersas en una corriente centrífuga que produce un movimiento
espiral. Su temática solía ser el amor, la sexualidad y la muerte, dedicándose
también a veces al retrato y el paisaje. Sus primeras obras tenían un estilo
medieval y simbolista , hasta que en 1906 conoció la obra de Van Gogh y se
inició en un tipo de retrato de corte psicológico, que pretendía reflejar el
desequilibrio emocional del retratado, con supremacía de la línea sobre el
color. Sus obras más puramente expresionistas destacan por las figuras
retorcidas, de expresión torturada y apasionamiento romántico. Desde los años
1920 se dedicó más al paisaje, con un cierto aspecto barroco, de pincelada más
ligera y colores más brillantes.
Amedeo Modigliani
(Italia 1884- Francia 1920) se
instaló en París en 1906, donde se reunía con Picasso, Max Jacob, Apollinaire,
Soutine, etc. Influido por el simbolismo y el manierismo, se dedicó
principalmente al paisaje, el retrato y el desnudo, con figuras alargadas
inspiradas en los maestros italianos del Cinquecento. Hedonista, buscaba la
felicidad, lo agradable, por lo que no le interesaba la corriente nietzscheana
del expresionismo alemán. En sus obras remarcaba con fuerza el contorno, de
líneas fluidas, herederas del arabesco
modernista, mientras que el espacio se formaba por yuxtaposición de planos de
color. Sus retratos eran de gran introspección psicológica, a lo que contribuía
una cierta deformación y la transmisión de ese aire melancólico y desolado
propio de su visión bohemia y angustiada de la vida. Se dedicó también a la
escultura, con obras simétricas, alargadas, frontales, cercanas a la escultura
arcaica griega. Murió joven a causa de su vida licenciosa y llena de excesos,
sólo alcanzando la fama después de muerto.
Marc Chagall
(Rusia 1887- Francia 1985)
instalado en París en 1909, realizó obras de carácter onírico, cercanas a un cierto
surrealismo, distorsionando la realidad a su capricho. Empleaba una gama de
color exaltada, principal nexo de unión con el expresionismo alemán –aunque él
no se consideraba expresionista–, en temas populares y religiosos, con
desproporción y falta de interés por la jerarquización en la narración de los
hechos. Influido por el fauvismo, el cubismo y el futurismo, sus escenas se
encuentran en un espacio irreal, ajeno a reglas de perspectiva o escala, en un
mundo donde evoca sus recuerdos infantiles y los temas populares rusos y
judíos, mezclados con el mundo de los sueños, la música y la poesía. Tomó de
Delaunay la transparencia de planos y colores, así como la creación de espacio
a través del color y la simultaneidad temporal mediante la yuxtaposición de
imágenes. Entre 1914 y 1922 volvió a Rusia, donde fue comisario cultural en la
Escuela de Bellas Artes de Vítebsk. De vuelta a París, evolucionó hacia el
surrealismo.
Edvard Munch
(Noruega, 1863 -1944) fue un
pintor y grabador noruego de la corriente expresionista. Sus evocativas obras
sobre la angustia influyeron profundamente en el expresionismo alemán de
comienzos del siglo XX. Sus obras son como variaciones constantes sobre la gran
sinfonía de la existencia humana. El amor y el odio, el deseo y la angustia,
las pasiones y las emociones, son elevados a arquetipos de la propia condición
humana. Los temas más frecuentes en su obra fueron los relacionados con los
sentimientos y las tragedias humanas, como la soledad, la angustia (El Grito,
de 1893, tal vez su mejor obra), la muerte
y el erotismo. Se le considera precursor del expresionismo, por la
fuerte expresividad de los rostros y las actitudes de sus figuras, además del
mejor pintor noruego de todos los tiempos.