lunes, 18 de abril de 2011

Discurso de Pericles

La hélade

"Qué clase de devoción nos ha hecho llegar hasta el presente, qué forma de gobierno y qué clase de costumbres nos llevaron a nuestra grandeza, comenzaré revelando estas cosas, antes de dar mi tributo a estos hombres...

Gobernamos con una constitución que no imita las leyes de los estados vecinos; en realidad somos un paradigma para ellos, no los imitamos.

Su nombre es democracia porque no vivimos en las manos de unos pocos sino en manos de muchos.

De acuerdo con las leyes, la igualdad existe para todos en lo que se refiere a las disputas privadas, y de acuerdo al valor de cada hombre, cada hombre se distingue por algo, es preferido en los honores públicos no por su status social sino por su propia excelencia; ni siquiera por su pobreza es impedido de servir al estado con cualquier bien que posea...

Más todavía, proveemos a las mentes de mucha recreación, para que se alejen de sus tareas.

Estamos acostumbrados a tener juegos y sacrificios todo el año...

Adoramos la belleza en buena medida y filosofamos sin afeminamiento; empleamos la riqueza para propiciar la acción y no la simple conversación conflictiva, y no avergonzamos a los que admiten ser pobres sino a los que evitan trabajar para mejorar sus desgracias...

Y ciertamente también distinguimos a los más osados a los que deliberan sobre lo que hemos logrado....

En breve, yo digo que nuestra ciudad, en su totalidad, es la escuela de la hélade (Grecia) y me parece que cada hombre entre los atenienses es independiente y contiene lo mejor de las gracias y las destrezas, en formas diferentes...."

TUCÍDIDES, Historias.


Estas son las palabras que el antiguo historiador de Atenas, Tucídides, puso en la boca de Pericles.
En el año 432 los atenienses y los espartanos, las dos ciudades-estado más poderosas de Grecia comenzaron una guerra con aliados respectivos.

Estos aliados eran las otras ciudades-estado griegas, tales como Corinto y Tebas alineadas con Esparta y una gran cantidad de ciudades-estados pequeñas de las islas del Egeo alineadas con Atenas.
(durante toda la antigüedad no existió una nación griega sino que se trataba de una cantidad de ciudades-estado griegas, pequeñas naciones que se centraban alrededor de centros
urbanos políticos y económicos.)

Después del primera año de guerra, el político y militar ateniense, Pericles, un hombre que más tarde propuso que los magistrados recibieran una paga para que los pobres pudieran participar en la democracia, fue elegido para dar tributo a los héroes de guerra caídos.

¿QUÉ DICE PERICLES?

Dicho discurso se ha perdido, salvo por la versión escrita por Tucídides, contemporáneo de Pericles y el principal historiador de esta guerra.
Notemos que Pericles, de alguna manera, está describiendo la Atenas del siglo V antes de Cristo.

Es importante darse cuenta que el Pericles de Tucídides, en ningún momento menciona a los dioses en su panegírico (discurso que ofrece un tributo)
Las palabras de Pericles reflejan la popularidad que en la Atenas clásica tenía la filosofía, las ciencias, la retórica, todos estos logros humanos que dejan muy poco espacio para los dioses y diosas.


Los atenienses, al igual que otros griegos de la época temían a los dioses, los adoraban con temor, y sabían que los logros humanos no debían compararse con los logros divinos.
Y sin embargo, Pericles, explica con claridad que fueron los atenienses los que establecieron el concepto de humanidad, y que la cultura ateniense es la cultura del humanismo, una cultura en la que los hombres dependen únicamente de sí mismos en cuanto a la elaboración de constituciones, leyes y las artes.

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